La bella, la bestia y el caballero ignorado
Ella era sumamente bella en toda la extensión de la palabra, tanto físicamente como internamente, el problema fue que nunca lo supo valorar y creer aunque sus seres queridos y las personas que la rodeaban se lo decían en repetidas ocasiones. La Bestia, para la desdicha e infortunio de Bella, tuvo el placer de conocerla y no tardó mucho en darse cuenta de los sentimientos e inseguridades que la aquejaban. El Caballero tuvo el privilegio de cruzar su camino con Bella en una pequeña cafetería cerca de su trabajo, su ilusión de conocerla era grande pero su realidad distante, cruzaron uno que otro comentario mientras eran atendidos por el dueño del lugar y por un instante ambos llegaron a pensar que sería lindo conocerse, por lo que frecuentaban el lugar a la misma hora para platicar un poquito más. La Bestia sabía que necesitaba actuar inmediatamente por lo que insistía con gran vehemencia en estar cerca de Bella, la buscaba, la interrogaba, la escoltaba, la envolvía y atrapaba en su palabrería que armaba con la intención de darle seguridad y confianza, la mayoría de las veces decía lo que Bella quería escuchar pues era muy transparente y por lo tanto bastante predecible. A Bella le incomodaba al principio ese interés desmedido de la Bestia pero con el tiempo esa insistencia se convirtió en costumbre, esa costumbre en seguridad y esa seguridad según ella misma concluyó en “amor”, todo había salido conforme al plan de la Bestia ahora Bella se encontraba “enamorada”.
El Caballero las pocas veces que pudo platicar con Bella le había advertido sobre la Bestia pues aunque no lo conocía, a leguas se notaba un claro desenfreno lívido por toda chica que pasara cerca. Bella se molestó con el Caballero por tan osado comentario y decidió alejarse para contarle a Bestia lo que el Caballero le había dicho, en ese momento la Bestia se sintió expuesto pero se aguanto la rabia lo más que pudo y sólo desacreditó con gran ahínco al Caballero criticando todo cuanto pudo de su vida y rematando con una frase “es un admirador tuyo que nos quiere separar”. Bella se convenció de que la Bestia estaba protegiéndola por lo que decidió no volver a dirigir la palabra al Caballero. Cada vez que Bella y Bestia se encontraban juntos sucedía algo que desconcertaba a Bella en ocasiones eran palabras que la lastimaban o denigraban, gritos y hasta jaloneos por no hacer lo que la Bestia quería. Cada vez que ocurría un suceso así, Bestia siempre regresaba a ella pidiendo disculpas, con algún presente que sabía alegraría su estado de ánimo, Bella creía ciegamente por ser su primer pareja formal que eso era “amor” y que por eso era necesario perdonar pues siempre Bestia se mostraba muy arrepentido.
Un día el Caballero se encontraba trabajando cuando a la puerta del negocio entraron dos tipos encapuchados, sin decir nada se abalanzaron contra él sin dejar mucho tiempo al Caballero para reaccionar. Ese día el Caballero recibió la golpiza de su vida y mientras recibía cada golpe le decían —¡Para que aprendas a no meterte en lo que no te importa y si te acercas nuevamente a Bella, te vamos a matar! — los encapuchados huyeron sin ser identificados y fue hasta que llegó el dueño del negocio que pudieron trasladar al Caballero al hospital. Después de un par de semanas Bella acudió al mismo café al que había dejado de asistir y en el que conoció al Caballero, al entrar Bella a la cafetería el dueño la recibió con mucha alegría y le preguntó que si sabía del estado de salud del Caballero que siempre la acompañaba, Bella simplemente negó con la cabeza y el dueño le comentó lo que le había sucedido. Aunque en algún momento pasó por su cabeza que ese extraño suceso se debía a Bestia, termino ignorando lo que su mente y corazón le advertían, como todas y cada una de las veces que había sentido que algo estaba mal con Bestia.
Bestia prometió en algún punto de su relación a Bella, comenzar una nueva vida juntos en algún lugar lejano dónde comenzarán de nuevo, Bella ilusionada aceptó la oferta aunque se preguntaba que pasaría con sus seres queridos, — Estarán bien, luego tendrás tiempo de visitarlos.— Bestia decía para minimizar la ausencia. Bestia nunca quiso convivir con la familia, amigos o seres queridos de Bella decía que él no era para andar en ese tipo de reuniones, los dos o tres veces que accedió por insistencia de Bella sin falta Bestia convirtió esos momentos en un suplicio, terminaban ambos enojados y discutiendo acaloradamente haciendo escenas dramáticas enfrente de todos. Ninguno de sus seres queridos apoyaba la relación que Bella tenía con Bestia pero siempre lo justificaba diciendo — Es que ustedes no lo conocen, el no es así todo el tiempo, me cela mucho porque me ama — .
Por fin llegó el día en que Bestia y Bella se irían para hacer su nueva vida, por lo cual Bella salió a hacer unas últimas compras para llevar alimento en el camino. Ahí se encontró por última vez con el Caballero quien se acercó a Bella para saber como se encontraba, Bella inmediatamente le preguntó que le había sucedido y el Caballero le contó todo cuanto había ocurrido y como le habían advertido no acercarse más a ella. Bella no lo podía creer estaba confundida, comenzó a palpitar rápidamente su corazón pero se negó a creer que Bestia sería capaz de semejante bajeza. Consternada y aturdida regreso a su casa pensando seriamente en todo lo que el Caballero le había dicho — Me creas o no Bella, ese tipo es peligroso es un manipulador profesional aléjate de él antes de que te cause más daño — . Fue la caminata más lenta y pesada de su vida y cuando estaba a unos pasos de llegar a su casa Bestia apareció en la esquina de su calle con su carro. Bella dubitó si meterse a su casa o no, pero decidió confrontarlo, en cuanto salió del auto le dijo que no se iría con él, que tenía que dar una explicación respecto de lo que había sucedido con el Caballero. Discutieron acaloradamente por minutos Bestia le recriminaba— Y que te importa lo que le pasa a ese tipo, ¿te gusta?, ¡dímelo! — . La madre de Bella salió de la casa y preguntó— Todo bien hija — , — Si mami, no te preocupes, no me voy a ir, dejaré ahí mis maletas pero tengo que aclarar unas cosas con Bestia, me llevo mi celular cualquier cosa — . Su madre tuvo un mal presentimiento al respecto por lo que le rogó no fuera, que mejor luego hablaran. Bella necesitaba saber la verdad por lo que decidió irse en el carro con Bestia — ¡No te preocupes mami, regreso rápido!— .
Esa fue la última vez que Bella fue vista por su familia, amigos o seres queridos ninguno de ellos tenía realmente idea de quien era Bestia, donde vivía, si tenía familia o amistades cercanas, por lo que la denuncia ante las autoridades fue un mero escrito sin efectos que pasó a formar parte de una pila de documentos en la oficina gubernamental y la foto de desaparición un caso más sin resolver.
La violencia contra la mujer no se trata de una guerra de géneros, estoy convencido que siempre habrá hombres que verdaderamente te valoren, respeten, aprecien y consideren por el simple hecho de ser una persona, o en su caso, por ser una mujer muy importante para su vida. La violencia contra la mujer se trata de trastornos psicológicos no identificados, ni atendidos en los hombres, esta relacionado también directamente con el abuso de substancias tóxicas, tal como el alcohol y las drogas. Y por supuesto es un factor de suma importancia los valores y educación que se ha recibido, así como las experiencias de vida que se han tenido. Tristemente en cualquier parte del mundo donde la sociedad minimiza los valores morales y derechos humanos fundamentales, sin duda encontraremos violencia.
No hay mejor detector de mentiras que los hechos que acompañan a las palabras de cualquier persona, esconder información, una acción o una omisión de acción, es un claro mensaje hacia tu persona.
Unámonos ambos géneros para promover y guardar el respeto a los derechos humanos más básicos e indispensables como lo es el derecho a la integridad y seguridad personal, el derecho a la vida y el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, esto es un trabajo que con ayuda mutua podremos alcanzar.